Las carillas dentales han revolucionado los resultados en Estética Dental y son hoy uno de los tratamientos más demandados. Son la solución estética más rápida y sencilla para mejorar la sonrisa sin dolor y sin tener que pasar por ningún tipo de intervención.
Las carillas dentales son finas láminas que se hacen a medida y se adhieren sobre la superficie frontal del diente, dándole la fuerza del diente natural. El sistema de adhesión es muy resistente y las carillas se mantienen por muchos años.
Ni bien se colocan, los dientes y la sonrisa cambian su apariencia inmediatamente. Los dientes se pueden blanquear logrando el brillo natural incluso más que en el blanqueamiento dental. Las carillas pueden utilizarse para alinear o enderezar los dientes torcidos o para eliminar espacios entre dientes. Se utilizan también en tratamientos de rejuvenecimiento dental y es el preferido por los famosos de todo el mundo.
Las carillas pueden corregir defectos como desgastes, fracturas, separaciones, mal posiciones, decoloraciones o manchas de tetraciclinas, así como dientes de pequeño tamaño o con formas irregulares.
Son unas finas láminas de porcelana de 0.6 a 0.8mm de grosor, de gran resistencia y larga duración, fabricadas en el laboratorio protésico de forma artesanal a la medida de cada diente. Proporcionan una excelente estética, ya que imitan muy bien el diente natural y no se tiñen ni cambian de color.
Personas que solicitan una nueva estética dental. Restaurar dientes con cambios de color. Corregir la estética de dientes separados, rotos o con forma irregular. Restaurar dientes muy deteriodados por tratamientos previos.
Se diseña la forma y el color de la carilla. Luego se elimina medio milímetro de la capa de esmalte para que después la adherencia sea correcta y duradera. Se toman las medidas y se envían los moldes al laboratorio para crear la carilla. En la siguiente visita, se la coloca y se adhiere con resinas sensibles a la luz, utilizando una lámpara de luz polimerizada para crear un fuerte vínculo entre el diente y la carilla de porcelana. Es un tratamiento indoloro y se puede comer y beber inmediatamente después y durante muchos años.
Para responder a esta pregunta es importante considerar la principal diferencia entre ambas carillas: la durabilidad.
Hay estudios recientes que afirman que las carillas de Porcelana pueden llegar a durar alrededor de 20 años.
Una vez mencionado este aspecto, es el propio paciente quien elije si prefiere una solución más estética y duradera (carillas de porcelana).
Otra consideración a tener en cuenta: nosotros recomendamos colocar las carillas de porcelana únicamente a pacientes mayores de 18 años, una vez hayan superado la fase de crecimiento.
Si el proceso de planificación y colocación de las carillas se ha llevado a cabo de manera correcta y se ha tenido en cuenta, además, la oclusión del paciente (la mordida), no debería caerse ninguna carilla.
Las carillas son un tratamiento sencillo que apenas tiene contraindicaciones. Se deben tener en cuenta simplemente lo siguiente: Están contraindicadas en los pacientes que no mantienen una buena higiene, ya que la falta de limpieza puede producir inflamación en la encía o filtraciones.
Tampoco debe llevarse a cabo en los pacientes que tienen una mala oclusión, es decir, en aquellos que muerden borde a borde o que muerden al revés de lo que se suele morder. En estos casos, sería necesario realizar un tratamiento de ortodoncia previo para corregir la oclusión y posteriormente colocar las carillas.
En los pacientes con bruxismo las carillas no son necesariamente una contraindicación. Es decir, si el paciente bruxista tiene una férula de descarga y duerme con ella, no tiene por qué haber riesgo de que rompa las carillas.
El tallado es un aspecto que despierta dudas entre los pacientes, ya que algunas personas creen que eso puede comprometer drásticamente el aspecto y la estructura de su diente. Sin embargo, éste es uno de los aspectos que más evolucionó con el paso del tiempo. Hace unos años se fabricaban carillas de porcelana con un espesor de 1,5 milímetros, lo que exigía tallar mucho el diente.
Sí, las carillas son un tratamiento sencillo que puede realizarse junto con cualquier otro tratamiento. Por ejemplo, es muy habitual realizar previamente un blanqueamiento dental combinado. Al ser las carillas tan finas –cualidad imprescindible para obtener una apariencia natural- es preferible blanquear los dientes antes de colocarlas.
Llevando a cabo un blanqueamiento conseguiremos un resultado mucho más atractivo, ya que si la carilla se coloca en un diente con un tono amarillento, ésta se transparentará y dejará ver un color antiestético.
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